En un esfuerzo por combatir la soledad no deseada entre los mayores, una iniciativa que ya se implementa en 91 localidades de menos de 20.000 habitantes ha brindado apoyo a 600 personas mayores de 65 años desde su inicio a principios de este año. Se espera que este programa, que ha sido recibido positivamente, beneficie a 1.000 personas en su primera fase. La clave del éxito radica en la colaboración de 200 voluntarios, que ofrecen su apoyo tanto presencialmente como a través de videollamadas, y 20 cuidadores que desempeñan el papel crucial de conectar a personas en situaciones similares.
Este ambicioso proyecto fue destacado por la consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, Ana Dávila, durante la jornada «Soledad no deseada: el desafío que nos conecta», organizada por Cruz Roja. En su intervención, Dávila subrayó la importancia del trabajo conjunto entre las administraciones, las entidades del tercer sector y la ciudadanía para enfrentar este reto. Asimismo, resaltó que la herramienta CREARED es fundamental para mantener a los mayores informados y organizados, con recordatorios de citas médicas y actualizaciones de la actualidad.
Mirando hacia el futuro, la Comunidad de Madrid se prepara para la presentación en 2025 de un innovador Plan de Envejecimiento Activo. Este plan tiene por objetivo fomentar la inclusión social y ampliar la autonomía de las personas mayores, respaldado por más de 400 profesionales y entidades que participan en la elaboración de un macroestudio para entender con precisión sus necesidades.
Estas acciones se suman a otras iniciativas exitosas, como las conocidas Rutas Culturales para personas mayores y los más de 200 talleres que abordan temas jurídicos, la mejora de la memoria y el aprendizaje de nuevas tecnologías. Estas actividades tienen lugar en más de un centenar de municipios y son parte fundamental de la Red de Atención a Mayores en Soledad, que ya cuenta con la participación de 200 entidades.
En conjunto, estas medidas reflejan un compromiso tangible para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, facilitando su integración social y promoviendo el bienestar emocional. Este enfoque integral se presenta como un modelo a seguir en el ámbito de las políticas sociales, poniendo la cooperación intersectorial al servicio de uno de los colectivos más vulnerables.