En el estado de Chihuahua, las autoridades sanitarias han implementado una campaña de vacunación casa por casa en la comunidad menonita debido a un brote de sarampión que ya supera los 900 casos. Aunque los esfuerzos han contado con la colaboración de líderes comunitarios, los resultados han sido mixtos, y el virus ha comenzado a propagarse más allá de la comunidad menonita hacia poblaciones indígenas y otros grupos en la región. Este brote es parte de una tendencia preocupante que ha visto el resurgimiento del sarampión, impulsada en parte por la desinformación y movimientos antivacunas que tienen eco desde Estados Unidos.
A pesar de la disponibilidad y seguridad de la vacuna, persiste la incertidumbre sobre cuántos miembros de la comunidad se han inoculado. El aumento en los contagios ha encendido alarmas no sólo entre la población menonita, sino también entre trabajadores de queserías y huertos cercanos, quienes podrían verse gravemente afectados si el virus sigue expandiéndose. Las autoridades continúan trabajando para contener el brote y luchan contra la resistencia en sectores de la comunidad que dudan de la efectividad de las vacunas, una batalla complicada por discursos antivacunas que cruzan fronteras y complican la contención local de la enfermedad.
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