Un informe del Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes de Aeronaves y Accidentes Ferroviarios (GPIAAF) ha revelado que el cable subterráneo que conectaba los dos vagones del funicular de Lisboa que sufrió un trágico accidente el miércoles cedió en su punto de fijación en la cabina descarrilada. El accidente dejó un saldo de 16 muertos y 23 heridos, y se produjo durante el descenso del vagón, cuando el guardafrenos activó tanto el freno neumático como el manual, sin poder detener la cabina. Según el GPIAAF, el coincidente uso del cable, instalado hace 337 días y con una vida útil de 600, se encontraba en un estado aparentemente adecuado, ya que las revisiones adicionales que se realizan de forma regular no habían detectado anomalías.
El informe también señala que no se pueden sacar conclusiones definitivas sobre las causas del accidente, ya que la información disponible es incompleta y la investigación aún está en curso. A pesar de que el ascensor Glória de Lisboa cuenta con un plan de mantenimiento al día y revisiones programadas, su legalidad y supervisión siguen sin esclarecerse. La investigación es paralela a una auditoría interna por parte de Carris, la entidad gestora del funicular, y se espera que se presente un informe preliminar en 45 días, mientras continúa la fiscalía su proceso penal relacionado con el suceso.
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