En julio de 2024, el mercado laboral español ha mostrado una tendencia prometedora al registrar reducciones significativas en sus tasas de desempleo, alcanzando niveles no vistos en más de una década. Según datos proporcionados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el número de personas desempleadas se redujo en 10.830 en relación al mes anterior, situándose el total en 2.550.237 individuos. Este resultado marca la cifra más baja de desempleo desde septiembre de 2008, acercándose al umbral crucial de los 2,5 millones de personas sin trabajo. En una perspectiva interanual, el descenso del paro ha sido de 127.637 personas, equivalente a una disminución del 4,77%.
El sector servicios ha sido el principal motor de esta mejora en el mercado laboral, logrando una merma notable de 6.591 desempleados. Otros sectores también han experimentado mejoras, aunque de manera más modesta; la agricultura ha registrado una disminución de 1.534 desempleados y la industria ha reducido sus cifras en 289 individuos. En contraste, el sector de la construcción ha visto un ligero incremento de 508 personas desempleadas.
Julio también ha revelado ciertos retos persistentes en el mercado laboral, evidenciando un crecimiento moderado en la afiliación a la Seguridad Social, con un aumento del 0,06%, alcanzando así un total de 21.383.106 afiliados. Este crecimiento, aunque positivo, ha sido más lento de lo esperado, especialmente en áreas como la educación y la hostelería, que han registrado pérdidas de 1.941 y 85 afiliados respectivamente.
Las disparidades regionales han sido un factor notable en el comportamiento del mercado laboral. Andalucía ha liderado la disminución del desempleo con 15.965 personas menos, seguida por Canarias y Asturias. No obstante, se han observado incrementos en el número de desempleados en otras comunidades autónomas, entre ellas Cataluña y el País Vasco.
Este panorama pone de manifiesto que, pese a los avances en la reducción del desempleo y el incremento moderado en la afiliación a la Seguridad Social, España aún enfrenta desafíos importantes. La sostenibilidad del crecimiento del empleo se presenta como un aspecto fundamental para continuar con la recuperación económica del país.