Este miércoles, el Senado español se convirtió en el epicentro de un escándalo al despedir a dos trabajadores informáticos por acceder sin autorización a cuentas digitales y correos de varios senadores. Según el comunicado inicial de la Cámara alta, estos trabajadores, J. A. R. y N. M. G., accedieron a documentos personales y administrativos desde marzo de 2024. A pesar de que el presidente del Senado, Pedro Rollán, aseguró que la intervención fue motivada por aspiraciones de promoción interna, la versión oficial cambió, negando que las cuentas de los senadores fueran comprometidas. La gravedad del asunto llevó a que la mesa del Senado aprobara un despido disciplinario por unanimidad, y el caso se puso en manos de la fiscalía para su investigación.
Además, la situación ha generado desconfianza en el grupo socialista, cuyo portavoz, Juan Espadas, criticó la falta de transparencia y el silencio mantenido durante meses sobre el expediente disciplinario reservado hasta ahora. Los socialistas, junto a Esquerra, han solicitado más información, destacando que algunos senadores afectados no tenían relación con el proceso de selección señalado como motivo. Este incidente plantea preocupaciones sobre posibles intenciones de espionaje y el control interno del Senado, colocando a la Cámara alta bajo un escrutinio público y político que exige respuestas claras y contundentes.
Leer noticia completa en El Pais.