Más de 300 bomberos se encuentran luchando contra un voraz incendio forestal en el sur del estado, donde las llamas han consumido ya cientos de hectáreas de terreno. El fuego avanza sin control debido a las condiciones climáticas adversas, con altas temperaturas y fuertes vientos que complican los esfuerzos de contención. Las autoridades han ordenado la evacuación de varias comunidades cercanas como medida de precaución, mientras continúan coordinando recursos adicionales para proteger tanto a los residentes como a los trabajadores que combaten el incendio en el terreno agreste.
Este desastre natural ha puesto en alerta a las agencias locales y de emergencia, que trabajan en conjunto para mitigar el impacto del fuego sobre el medio ambiente y las propiedades. Equipos especializados de diferentes partes del país han sido movilizados para asistir en las labores de extinción, mientras helicópteros descargan agua sobre las zonas más comprometidas. La población local, preocupada por la seguridad de sus hogares y familiares, permanece a la espera de nuevas instrucciones de las autoridades.
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