En pleno centro de la capital, un internado único ofrece refugio y apoyo a niños de entre seis y 14 años que enfrentan dificultades socioeconómicas en su hogar. Este programa busca proporcionar un entorno estable y seguro de lunes a viernes, permitiendo que los menores continúen con su educación y desarrollo personal fuera de un contexto familiar complicado. En este espacio, la atención y el cuidado emulan lo que cualquier madre o padre desearía para sus hijos, asegurando que cada niño no solo reciba instrucción académica, sino también el afecto y los valores necesarios para un sano crecimiento.
El internado opera bajo la creencia de que todos los niños merecen las mismas oportunidades, sin importar sus circunstancias económicas. Esto incluye actividades extracurriculares que fomentan habilidades sociales y deportivas, así como el acceso a profesionales de psicología y trabajo social que brindan apoyo emocional. Así, el internado se convierte en un segundo hogar para estos pequeños, asegurando su bienestar y fomentando un futuro prometedor. Los fines de semana, los niños regresan a sus hogares con herramientas y aprendizajes valiosos, creando un impacto positivo tanto en sus vidas como en las de sus familias.
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