El cine de aventuras da la bienvenida a Indy, un perro cobrador de Nueva Escocia que se destaca en la película Good Boy, dirigida por Ben Leonberg. A diferencia de muchos caninos que brillan en la pantalla, Indy no es un actor profesional; es, de hecho, el compañero de vida del director. La película, centrada en el punto de vista de Indy, ha sorprendido a público y crítica, destacando cómo la autenticidad del perro se traduce en una conexión emocional genuina con los espectadores. El proceso de filmación se extendió por más de 400 días, durante los cuales el equipo tuvo que adaptarse a la conducta del perro, creando un ambiente donde la espontaneidad y la observación marcaron la pauta.
Este enfoque innovador ha llevado a Good Boy a recibir reconocimiento por mostrar que se puede hacer cine con animales sin recurrir a prácticas abusivas. La comodidad de Indy fue prioridad en el rodaje, donde solo Ben Leonberg y su pareja, quienes son sus cuidadores, estaban presentes. Todo el proceso creativo se ajustó al bienestar del perro, haciendo que cada escena fuera auténtica y en completa armonía con su naturaleza. En un contexto donde la industria ha sido criticada por el trato a animales en producciones, la historia de Indy no solo cautiva a la audiencia, sino que también establece un nuevo estándar en la filmación con animales.
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