El FC Barcelona se encontraba en medio de un reñido encuentro contra la Atalanta, en el que la victoria podía asegurarles el liderato del grupo, tras la derrota del Liverpool. En los últimos momentos del partido, Lamine Yamal, una de las jóvenes promesas del equipo, provocó una falta peligrosa, pero fue sustituido por Pau Víctor, una decisión del técnico Hansi Flick que sorprendió y enfureció al jugador. Al retirarse del campo, Yamal mostró su descontento visiblemente, un gesto que reflejó la tensión del momento y dejó una imagen clara para todos los presentes. El entrenador le dedicó unas palabras en la banda, pero el descontento del jugador ya había quedado patente en su lenguaje corporal.
Tras el partido, el ambiente se templó con declaraciones conciliadoras. Raphinha, uno de los líderes del equipo, expresó comprensión hacia la frustración de Yamal, recordando sus propias experiencias similares. Flick, por su parte, indicó que el cambio fue una decisión táctica, subrayando el buen rendimiento de Lamine Yamal. El joven trató de restar importancia a su reacción, destacando la relevancia del equipo sobre las cuestiones personales y reafirmando su compromiso con la temporada. La anécdota sirvió para mostrar la competitividad interna en el Barcelona, con Flick manejando cuidadosamente la evolución de sus jóvenes talentos, como lo demuestra el hecho de que Yamal solo haya completado un partido completo de los últimos siete.
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