El Ejecutivo autonómico de la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un innovador proyecto con el objetivo de facilitar el acceso a la vivienda para los jóvenes madrileños. Este programa, conocido como «Mi Primera Vivienda», se dirige específicamente a aquellos jóvenes que, a pesar de ser solventes y contar con recursos económicos, no tienen el ahorro necesario para adquirir una primera casa bajo las condiciones habituales del mercado financiero, donde los préstamos hipotecarios no suelen superar el 80% del valor del inmueble.
En junio de este año, el programa «Mi Primera Vivienda» experimentó una serie de modificaciones en sus requisitos iniciales con el propósito de adaptarse mejor a la realidad social y económica madrileña y de incentivar su uso. Entre los cambios más relevantes, el límite de edad de los beneficiarios se amplió de 35 a 40 años. Además, se incrementó el porcentaje avalado del 95% al 100% del valor de la vivienda, lo que permite una cobertura total del costo del inmueble.
Estas modificaciones también contemplan a las familias numerosas, monoparentales y a cualquier persona por nacimiento o adopción, quienes ahora pueden acceder al programa sin restricciones de edad. Estos avances se han implementado en consonancia con los planteamientos del Pacto Regional por la Vivienda y las 80 medidas de la Estrategia de protección a la maternidad y paternidad, de fomento de la natalidad y la conciliación para el periodo 2022-2026. Con estas acciones, el Ejecutivo regional busca impulsar la adquisición de viviendas en propiedad y fomentar la emancipación de los jóvenes.
Desde su implementación en 2022, «Mi Primera Vivienda» ha demostrado ser un éxito significativo. Hasta la fecha, el programa ha formalizado más de 1.300 hipotecas ante notario, lo que ha permitido la concesión de 235,5 millones de euros en préstamos y ha beneficiado a más de 2.000 jóvenes madrileños. Actualmente, siete entidades bancarias forman parte de este programa: CaixaBank, IberCaja, Banco Santander, Abanca, ING, Kutxabank y Unicaja.
El esfuerzo del Ejecutivo autonómico por adaptar y flexibilizar este programa refleja su compromiso con una respuesta efectiva a las necesidades de vivienda de los jóvenes madrileños, en un contexto económico que presenta desafíos significativos para la adquisición de una primera residencia.