En lo que va del año, la región ha enfrentado un alarmante incremento en el número de incendios forestales, alcanzando un total de 233 incidentes. De estos, al menos 77 han sido confirmados como intencionados, lo que refleja una preocupante tendencia hacia los incendios provocados. Las autoridades locales han intensificado los esfuerzos para investigar las causas detrás de estos actos deliberados, mientras los servicios de emergencia trabajan arduamente para controlar las llamas y minimizar el impacto ambiental y económico.
La situación ha puesto en alerta a la comunidad, y ha generado un llamado urgente a reforzar las medidas de prevención y vigilancia en las áreas más vulnerables. La combinación de condiciones climáticas extremas y la falta de precipitaciones ha contribuido a la propagación rápida de las llamas, complicando las labores de contención. Los organismos de protección civil enfatizan la necesidad de una mayor colaboración ciudadana para reportar actividades sospechosas que puedan estar relacionadas con la iniciación intencionada de incendios.
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