En un esfuerzo por preservar la biodiversidad madrileña, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) ha dado un paso crucial en la conservación de flora silvestre a través de su instalación especializada para la preservación ex situ. Este desarrollo no sólo mejorará la comunicación y colaboración entre instituciones, sino que también facilitará el intercambio de conocimientos vitales para la protección del medio ambiente.
El grupo de expertos denominado Biformad ha llevado a cabo un riguroso trabajo en la recolección, caracterización y conservación de semillas, centrando sus esfuerzos en las especies que están incluidas en el catálogo regional de especies amenazadas. Como resultado de este trabajo, actualmente se cuenta con más de mil especies y 250 variedades que han sido colectadas de bosques. Este banco de semillas no sólo protege el material genético de la flora madrileña, sino que también produce nuevos árboles y arbustos, los cuales son esenciales para la restauración de espacios naturales degradados. De esta manera, se contribuye a reforzar las poblaciones locales y asegurar la continuidad de variedades arbóreas únicas y protegidas, preservando así el rico patrimonio natural de la región.
La incorporación de este reservorio regional al Banco Nacional de Germoplasma Forestal y de Flora Silvestre en Red constituye una herramienta estratégica de colaboración a nivel nacional, uniendo fuerzas entre distintos depósitos de germoplasma en España. Los principales objetivos de esta red incluyen el fomento del intercambio de información, la protección de especies autóctonas y la planificación conjunta para la reintroducción y uso sostenible de estos recursos. Este esfuerzo conjunto promueve la cooperación científico-técnica y permite avanzar en la restauración ecológica, asegurando que las especies seleccionadas para cada proyecto de recuperación sean genéticamente apropiadas para sus respectivos ecosistemas.
En definitiva, la adhesión al Banco Nacional no solo refuerza las capacidades locales para preservar su biodiversidad, sino que también establece las bases para un trabajo coordinado que asegure la subsistencia de las especies más amenazadas. Con esta iniciativa, el IMIDRA reitera su compromiso con la conservación del medio ambiente, allanando el camino hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el patrimonio natural.