En España, la Seguridad Social ofrece la pensión de incapacidad permanente para compensar la pérdida de ingresos de trabajadores afectados por enfermedad o accidente, cubriendo desde una incapacidad parcial que reduce al menos un 33% del rendimiento laboral hasta la gran invalidez que requiere asistencia personal. Este beneficio requiere cotizaciones mínimas, salvo en accidentes laborales. En 2024, el gobierno aumentó las pensiones contributivas en un 3,8%. Las pensiones se revisan anualmente y están sujetas al IRPF, excepto en casos de incapacidad absoluta y gran invalidez. La solicitud y gestión se realiza en las direcciones provinciales del INSS o ISM, y existen incompatibilidades con otras ayudas como la jubilación, pensiones no contributivas y subsidios de desempleo, salvo en casos específicos.
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