El reciente informe del Centro Especial de Empleo ELKAR Integración arroja luz sobre las arduas realidades que enfrentan las personas con discapacidad en el mundo laboral español. Una de las estadísticas más impactantes revela que el 75% de estas personas han sufrido discriminación, y más del 90% de los encuestados atribuyen esta situación a la falta de sensibilización en las empresas. Los prejuicios, la falta de adaptaciones en el entorno laboral y las limitaciones tecnológicas son algunos de los obstáculos más comunes.
Pese a los avances legislativos y sociales, la inclusión laboral de personas con discapacidad sigue siendo un desafío formidable en España. El Informe del Mercado de Trabajo de las Personas con Discapacidad de 2023 señala que apenas el 35,3% de estas personas en edad laboral están activas, en agudo contraste con el 75,31% de la población sin discapacidad. Esta disparidad contribuye a una preocupante cifra: un 33% de personas con discapacidad se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, superando en cuatro puntos la media europea.
Durante la reciente Feria de Empleo y Discapacidad en Madrid, ELKAR Integración realizó una encuesta que subraya las barreras significativas que persisten. A pesar de que más del 85% de los encuestados poseen estudios superiores o formación técnica, solo un 40% está actualmente empleado, demostrando el desaprovechamiento de un talento valioso que podría enriquecer el mundo empresarial.
Para contrarrestar estos problemas, el informe sugiere la necesidad de una formación en diversidad para equipos de recursos humanos, la creación de programas de mentoría adaptados y una mayor inversión en tecnología accesible. ELKAR Integración insta a las empresas a ir más allá del cumplimiento estricto de la Ley General de Discapacidad, adoptando medidas proactivas que promuevan una verdadera igualdad de oportunidades.
Javier Martínez, socio director de ELKAR Integración, resalta que la inclusión debe ser entendida no solo como una justa demanda social, sino también como un movimiento estratégico que puede aumentar la diversidad y la competitividad de las empresas. En un panorama donde las tasas de desempleo entre personas con discapacidad siguen siendo altas, es imperativo implementar un cambio profundo en las políticas de contratación. Ello no solo enriquecería el tejido empresarial, sino que también construiría un mercado laboral más justo y competitivo, donde todas las capacidades sean valoradas.