El pasado fin de semana, una sorprendente tormenta barrió la región del sur de China, causando inundaciones severas y dejando a miles de personas desplazadas. Las autoridades locales informaron que las lluvias comenzaron el viernes por la noche, aumentando su intensidad rápidamente. En las ciudades más afectadas, se registraron niveles de agua que alcanzaron hasta dos metros, lo que ha complicado las labores de rescate y evacuación. La respuesta gubernamental incluyó el despliegue de equipos de emergencia para asistir a las comunidades afectadas, así como la apertura de refugios temporales para los desplazados.
Hasta el momento, se estima que más de 20,000 personas han sido evacuadas de sus hogares a causa de la emergencia climática, con al menos cinco personas reportadas como desaparecidas. Los deslizamientos de tierra también han cortado varias vías de comunicación, dificultando el acceso a las zonas rurales. Las autoridades meteorológicas han advertido que las lluvias continuarán en los próximos días, instando a los residentes a mantenerse informados y seguir las instrucciones de evacuación y seguridad. La situación ha generado una fuerte movilización social, con voluntarios organizándose para proporcionar alimentos y ropa a los afectados.
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