El reciente atentado se produce en un contexto de máxima alerta en Israel, generado por la prometida represalia de Irán y sus milicias tras la muerte de dos líderes y cabecillas de Hamas y Hizbulá. La tensión en la región ha aumentado significativamente, llevando a las autoridades israelíes a reforzar las medidas de seguridad y vigilancia ante la posibilidad de nuevos ataques.
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