La mañana del lunes ha resultado caótica para los usuarios de las líneas 5 y 10 del Metro de Madrid, quienes han denunciado en redes sociales aglomeraciones extremas y altas temperaturas en los vagones, así como largas esperas entre los trenes. La operadora del metro ha reconocido una «incidencia en el sistema de comunicaciones» de la línea 10, lo que provocó un aumento en los intervalos de paso. Aunque Metro ha asegurado que está trabajando para solucionar este problema, la presión sobre los servicios se ha intensificado debido a las obras simultáneas en otras líneas, lo que ha llevado a muchos pasajeros a exigir mejoras urgentes.
Además del caos en el Metro, los usuarios de la red de Cercanías también sufrieron retrasos debido a una avería en la estación de Embajadores que afecta a la línea C5. La situación se complica aún más con el cierre temporal del tráfico ferroviario en el túnel de Sol, que interrumpirá el servicio de las líneas C-3 y C-4 hasta finales de agosto. La insatisfacción no se limita al transporte subterráneo; los ciclistas también han expresado su malestar por la escasez de bicicletas en el sistema BiciMAD durante las horas punta, lo que refleja una serie de fallas en los servicios de transporte público de Madrid en medio del incremento de la demanda.
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