En un incidente ocurrido en las instalaciones deportivas de una escuela madrileña, se reportó el robo de todos los teléfonos móviles de los jugadores juveniles del equipo visitante. Mientras los jóvenes se encontraban en el campo disputando sus partidos, los delincuentes aprovecharon la ocasión para ingresar al vestuario y sustraer los dispositivos. Este lamentable hecho ha generado preocupación entre los padres y las autoridades, quienes ahora se enfrentan al desafío de incrementar las medidas de seguridad en los recintos deportivos para prevenir futuros robos.
La policía local ha iniciado una investigación para dar con los responsables del robo, recolectando declaraciones de testigos y analizando las cámaras de seguridad del lugar. Este suceso destaca la vulnerabilidad de ciertos espacios comunes en eventos deportivos juveniles, donde la atención está centrada en el juego y la seguridad pasa a un segundo plano. Mientras tanto, la comunidad deportiva ha expresado su solidaridad con los afectados, reiterando su compromiso de trabajar conjuntamente para garantizar un ambiente seguro para todos los participantes.
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