El Real Madrid se enfrenta a una temporada plagada de incertidumbres, marcada por la preocupación tras la lesión de Dani Carvajal en el último minuto de su partido contra el Villarreal. La rodilla derecha del lateral se dobló de forma alarmante, lo que causó angustia tanto en sus compañeros como en el cuerpo técnico. Carlo Ancelotti, con un semblante serio, indicó que la lesión parece grave y que será evaluada en las próximas horas. Este nuevo golpe se suma a la ya maltrecha defensa del Madrid, que aún manifiesta las secuelas de la rotura de cruzado de David Alaba, cuyo regreso es incierto. La preocupación se acrecentó cuando Vinicius también se retiró del juego con problemas cervicales, añadiendo más incertidumbre al equipo.
A pesar de estos contratiempos, el partido frente al Villarreal reveló algunos destellos de esperanza con la actuación de Eduardo Camavinga, quien, en su retorno desde una lesión, revitalizó al equipo en el mediocampo. Ancelotti optó por desplegar una formación con cuatro centrocampistas, dejando a Rodrygo en el banquillo debido a molestias persistentes. La influencia de Camavinga permitió al Madrid aumentar la velocidad del juego, aunque el equipo aún exhibe signos de duda en este inicio de campaña. La mano desafortunada de Camavinga en el partido anterior frente al Lille, que resultó en un gol, marcó la fragilidad del equipo. Sin embargo, su dinamismo en el medio campo se agradeció hasta que emergieron las preocupaciones por la lesión de Carvajal, sumiendo al club en un estado de expectativa y pesimismo sobre el parte médico.
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