El norte de España enfrenta una grave crisis debido a una serie de incendios forestales, de los cuales 15 han sido clasificados como de nivel 2, lo que indica un alto grado de peligrosidad y la necesidad de intervención urgente. Entre estos incendios, el que arde en Chandrexa de Queixa amenaza con convertirse en el más destructivo de la historia de Galicia, una región que ya ha lidiado con episodios similares en el pasado. Las autoridades locales y los servicios de emergencia trabajan sin descanso para controlar las llamas, mientras la población de las áreas afectadas es evacuada como medida de precaución.
El gobierno regional ha movilizado recursos adicionales para enfrentar esta emergencia, incluyendo el despliegue de bomberos y el uso de tecnología avanzada para el monitoreo del fuego. Sin embargo, las condiciones climáticas, caracterizadas por altas temperaturas y vientos fuertes, complican las labores de extinción. La comunidad científica y ambientalista alerta sobre las posibles causas de estos eventos, sugiriendo un vínculo con el cambio climático y la gestión deficiente de los recursos naturales. La situación se mantiene crítica y el daño medioambiental está siendo evaluado por expertos, quienes también trabajan en estrategias de recuperación a largo plazo.
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