Un incendio forestal en la isla de Creta, Grecia, ha forzado la evacuación de más de 1.000 personas, entre residentes y turistas. Las llamas, que comenzaron cerca de la ciudad de Ierápetra, han sido avivadas por fuertes vientos huracanados, complicando las labores de extinción. Al menos 230 bomberos, apoyados por 46 camiones y varios helicópteros, trabajan intensamente para controlar el fuego. La evacuación incluye el traslado de personas a un refugio temporal en un estadio cubierto, y se reporta que algunas personas necesitaron hospitalización por problemas respiratorios. Hasta ahora, no se han registrado heridos graves.
El fenómeno no es aislado, pues Grecia y otros países del Mediterráneo han enfrentado condiciones extremas, agravadas por el cambio climático. En años recientes, el aumento de temperaturas y sequías prolongadas ha conducido a incendios devastadores. Además, en Italia y Turquía también se enfrentan a desafíos similares, con temperaturas que alcanzan niveles críticos y provocan situaciones de emergencia. Los expertos señalan que estas olas de calor han llegado antes de lo habitual, creando un entorno propicio para la propagación de incendios, intensificando el impacto y las dificultades para su control.
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