En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, la Comunidad de Madrid ha presentado un avance significativo en el tratamiento de adolescentes con trastornos mentales graves. La consejera de Sanidad, Fátima Matute, visitó hoy las nuevas instalaciones diseñadas para ofrecer tratamiento ambulatorio combinado con formación terapéutica en un entorno que promueve la integración educativa y sanitaria.
Este centro, que se enfoca en menores de entre 12 y 18 años, es una de las apuestas más recientes de la administración madrileña para fortalecer la red de salud mental infanto-juvenil. El equipo multidisciplinar que lidera este dispositivo incluye dos psiquiatras, dos enfermeros especialistas, un psicólogo clínico y un terapeuta ocupacional, todos trabajando en coordinación para ofrecer tratamientos tanto individuales como grupales. Además, se fomenta la participación activa de las familias, lo que se considera crucial para un seguimiento eficaz y para mejorar los resultados terapéuticos.
Un aspecto destacable del nuevo modelo es su carácter mixto. El centro cuenta con 30 plazas, de las cuales 25 están integradas en el Centro Educativo Terapéutico, permitiendo a los adolescentes continuar su formación académica en grupos reducidos mientras reciben tratamiento. Las cinco plazas restantes se reservan para aquellos que, por la naturaleza de su tratamiento, pueden seguir asistiendo a sus centros educativos habituales. Esta estrategia contribuye a evitar la desconexión del entorno escolar y a facilitar una reintegración progresiva una vez cumplidos los objetivos terapéuticos.
Este recurso se suma a la ya existente Red Asistencial en materia de Salud Mental de la Comunidad de Madrid, que cuenta con otros once centros específicos para atención a adolescentes en régimen ambulatorio, distribuidos entre varios hospitales de la capital y sus alrededores. Además, existen cinco unidades dirigidas a niños de entre 6 y 12 años, ubicadas en diferentes puntos estratégicos de la región.
Dentro del proceso asistencial, el abordaje comienza con una exhaustiva evaluación del paciente derivado desde el centro de salud mental. Se realiza una exploración psicopatológica para definir un plan de tratamiento personalizado, acordado con el menor y su familia, cuya participación es esencial durante toda la fase de tratamiento y recuperación. A medida que el paciente avanza, se reevaluá el plan, facilitando una reintegración paulatina a su escuela y fortaleciendo así sus vínculos familiares y sociales.
La Comunidad de Madrid, desde el inicio de los planes de Salud Mental y Adicciones en 2018, ha incorporado cerca de 700 profesionales especializados en este ámbito, reforzando un sistema que busca atender de manera integral y coordinada las necesidades de sus ciudadanos más jóvenes. Con estos pasos, la región se posiciona como un referente en la atención a la salud mental, con un modelo que valora la integración entre la educación y el tratamiento sanitario como eje para promover una recuperación efectiva y sostenible.