En el corazón del Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, el Área de Cultura, Turismo y Deporte ha dado inicio a dos exposiciones que desafían la forma en la que percibimos el entorno. Desde el 28 de febrero hasta el 18 de mayo, los asistentes pueden explorar «CARRUSEL» en la Sala de Bóvedas y «WASI LLAMKHA» en el Patio Sur, dos instalaciones que buscan convertir el recorrido por el arte en una experiencia sensorial completa, más allá de lo visual.
Con esta nueva propuesta, Condeduque invita a una inmersión total en espacios que cobran vida a través del arte site-specific. Marta Ramos-Yzquierdo, comisaria de estas obras, describe la experiencia como una oportunidad para ver con nueva luz, sintiendo con el cuerpo el roce de esculturas y explorando formas inéditas de movimiento corporal.
Dentro de la Sala de Bóvedas, «CARRUSEL», creada exprofeso por la pareja artística Fuentesal Arenillas en colaboración con Itziar Okariz, se presenta como una interacción entre lo textil y lo performativo. Esta instalación se compone de una estructura monumental que sostiene alrededor de 500 piezas de tejido en algodón, diseñadas siguiendo patrones de prendas como chaquetas y pantalones. Estas piezas, sin embargo, no están destinadas a ser vestidas de manera convencional, sino a ser experimentadas a través del tacto y el movimiento, atravesando el espacio que redefinen con su presencia. La instalación se complementa con un innovador esquema de iluminación que incorpora tanto luz natural como artificial para realzar sus atributos.
Un elemento clave de «CARRUSEL» es la interacción a distancia, donde las piezas fueron enviadas desde Madrid a Bilbao y Nueva York, permitiendo a Okariz redefinirlas en un diálogo artístico constante. Esta colaboración se materializa en grabaciones videográficas que capturan las esculturas en acción, expandiendo el universo del arte al incluir el proceso creativo como parte del producto final.
Mientras tanto, en el Patio Sur, la artista Andrea Canepa desafía las normas visuales con su arquitectura efímera «WASI LLAMKHA» (LUGAR Y TACTO), un pabellón diseñado para explorar el entorno con los ojos cerrados. Inspirada por los sistemas de memoria de las culturas andinas y del Renacimiento occidental, Canepa transforma el acto de recordar en una experiencia física. La instalación se caracteriza por distintos materiales y texturas que invitan al visitante a descubrir el espacio con los sentidos del tacto y el oído, reinterpretando la noción de memoria a través del arte.
«WASI LLAMKHA» se inspira en los quipus andinos —cuerdas anudadas que transmiten información tanto visual como táctil— y el «Ars memorativa», una técnica de memoria visual del Renacimiento que emplea arquitecturas mentales para almacenar recuerdos. En este pabellón, las texturas evocan fragmentos de un texto, fusionando el arte y la literatura en una sola experiencia multisensorial.
Con estas instalaciones, Condeduque extiende una invitación a todos los visitantes, sugiriendo no solo redescubrir el espacio, sino reconsiderar el modo en que interactuamos con él a través del arte y la creatividad. Estas obras transforman el arte en un lenguaje táctil que desafía las fronteras tradicionales y nos insta a reflexionar sobre la percepción sensorial en un mundo dominado por lo visual.