Etiopía ha inaugurado la Gran Presa del Renacimiento, la mayor hidroeléctrica de África, tras 14 años de construcción y una inversión de 4,800 millones de dólares. Esta infraestructura monumental busca suministrar electricidad a toda la región oriental del continente. Sin embargo, ha generado controversia debido a las tensiones con Egipto y Sudán, países que consideran que la presa amenaza el caudal del Nilo. El ministro de Energía etíope destacó la capacidad de generación eléctrica de 5,150 megavatios, esencial para abastecer a los 135 millones de habitantes del país y exportar energía a naciones vecinas como Kenia y Tanzania.
El proyecto enfrenta oposición de Egipto y Sudán, que argumentan tener derechos históricos sobre el Nilo, sustentados en tratados del siglo pasado. Ambos han destacado ante el Consejo de Seguridad de la ONU que la gestión unilateral etíope del río es inaceptable. Por su parte, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, defiende que la presa representa una oportunidad de beneficio regional. A pesar de la falta de acuerdo en negociaciones previas, la infraestructura también simboliza el orgullo nacional de Etiopía, que busca superar conflictos internos recientes, como la guerra de Tigray, que resultó en 600,000 muertes.
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