El enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, ha criticado con firmeza a Marruecos por la falta de concreción en su plan de autonomía presentado en 2007, enfatizando la necesidad de que Rabat explique y detalle su propuesta para el territorio. En una reunión a puerta cerrada con el Consejo de Seguridad, De Mistura reveló que, a pesar de múltiples intentos, nunca logró obtener un desarrollo concreto del plan marroquí. Esta falta de claridad mella la posibilidad de una solución política para la disputada excolonia española, que ha languidecido en una prolongada disputa sin resolución desde hace casi 50 años. La falta de avance ha llevado a De Mistura a preparar su renuncia en un plazo de seis meses, dejando un vacío en los esfuerzos internacionales por mediar en el conflicto.
El plan de autonomía marroquí, limitado a un documento de tres páginas, entre otros elementos, promete una administración local autónoma pero deja las competencias en defensa y relaciones exteriores bajo control de Rabat. Sin embargo, la realidad presenta un panorama más oscuro, con acusaciones de violaciones de derechos humanos y una estructura política dominada por el círculo cercano al rey Mohamed VI. Por otro lado, mientras los países como España y Francia han mostrado apoyo a la propuesta marroquí, los obstáculos persisten en el ámbito internacional, con sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que separan jurídicamente al Sáhara de Marruecos. En este entorno complicado, la propuesta de De Mistura de dividir el territorio ha sido rechazada tanto por Marruecos como por el Frente Polisario, que insiste en un proceso de autodeterminación conforme al derecho internacional. La situación política en Marruecos se ve complicada además por la salud del monarca, las tensiones internas sobre la sucesión y una crisis socioeconómica que confunde aún más el panorama.
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