La reciente investigación sobre la trágica muerte de Liam Payne, exmiembro del famoso grupo británico One Direction, que ocurrió el 16 de octubre en Buenos Aires, ha puesto bajo la lupa a tres personas relacionadas con el caso. El músico de 31 años murió tras caer desde el tercer piso del hotel Casa Sur, ubicado en el barrio de Palermo. Según la Fiscalía, Payne estaba solo en su habitación al momento de la caída y se encontraba bajo los efectos de un cóctel de sustancias que incluía alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado. La investigación ha involucrado testimonios de personal del hotel, allegados al artista, y un extenso análisis de pruebas que incluye más de 800 horas de grabaciones de seguridad, peritajes de su teléfono móvil y registros del hotel. La fiscalía ha imputado a un acompañante de Payne, un empleado del hotel y un supuesto vendedor de drogas por cargos que incluyen el abandono de persona seguido de muerte y el suministro de drogas.
El dictamen del fiscal Andrés Madrea apunta a múltiples suministros de drogas al cantante durante su estancia en el hotel, como parte de la acusación. La autopsia determinó que Payne murió por politraumatismos y una hemorragia interna y externa producto de su caída. Asimismo, se descartó la intervención de terceros en el suceso. Un informe psiquiátrico complementario indicó que Payne estaba en un estado de semiconsciencia o inconsciente, lo que le impidió reaccionar al caer. Mientras la jueza Laura Bruniard decide los pasos judiciales a seguir, el cuerpo de Payne ha sido trasladado a Londres para su destino final. La noticia no solo ha conmocionado a sus seguidores alrededor del mundo, sino que también ha abierto interrogantes sobre las circunstancias que rodearon sus últimos momentos.
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