Desde 2018, Adif ha estado liderando el desarrollo del Corredor Mediterráneo, un ambicioso proyecto ferroviario destinado a conectar la costa este de España con Europa. Con más de 8.000 millones de euros en licitaciones y 6.000 millones ya adjudicados, esta infraestructura se ha convertido en un pilar esencial para el crecimiento económico y medioambiental del país.
Recientemente, Adif inauguró una delegación en Almería, Andalucía, marcando un paso significativo para fortalecer su presencia en el sur y acelerar el desarrollo de la red. Esta nueva oficina complementa las ya existentes en Valencia y Barcelona, en un momento clave para el proyecto.
Para 2024, se planean inversiones superiores a 1.300 millones de euros en obras, destacando la electrificación del tramo Algeciras–Bobadilla y la variante de Loja en Granada. Además, se trabajará en la conexión entre Granada, Almería y Murcia, con el objetivo de enlazar Algeciras con Francia utilizando un ancho de vía europeo.
El proyecto también contempla la duplicación de la vía entre Valencia y Alicante, con una inversión de 22,7 millones de euros, y un nuevo acceso ferroviario al Puerto de Castellón, crucial para el transporte de mercancías. Aunque se espera que el Corredor esté operativo para 2030, ciertos tramos presentan desafíos técnicos que podrían afectar los plazos.
Un aspecto innovador del proyecto es la integración de la metodología BIM, que centraliza información y mejora la colaboración entre distintos agentes implicados. Según Borja Sánchez Ortega, director de Proyectos de Espacio BIM, esta metodología optimiza recursos y tiempos, mejorando notablemente la eficacia durante el ciclo de vida del proyecto.
Con más del 85% del trazado ya aprobado y el 80% de las obras en marcha o finalizadas, el Corredor Mediterráneo se perfila como uno de los mayores proyectos ferroviarios europeos, integrando inversión, esfuerzo político e innovación tecnológica para transformar el transporte en España y su conexión con el resto del continente.