En las zonas rurales de la denominada «España vacía», las familias con ingresos más bajos enfrentan una dependencia de automóviles antiguos debido a la falta de opciones de transporte público, una situación conocida como pobreza en el transporte. Estos vehículos, además de ser costosos en términos de mantenimiento y combustible, contribuyen significativamente a la contaminación debido a su antigüedad. La situación contrasta con las áreas urbanas, donde las mejores infraestructuras de transporte público permiten a los hogares prescindir más fácilmente de un coche propio. Un informe de Transport & Environment (T&E) y el Basque Centre for Climate Change (BC3) sugiere como solución un “leasing social” de vehículos eléctricos, ofreciendo automóviles a cero emisiones a familias de bajos ingresos por 100 euros al mes, iniciativa que ya evalúa el gobierno.
Este problema de movilidad y su impacto económico se resalta en varios estudios recientes que indican que los hogares en zonas rurales gastan un mayor porcentaje de su presupuesto en transporte. Además, un porcentaje significativo de la población rural manifiesta preocupaciones sobre las limitaciones de movilidad que afectan su desarrollo económico, con casi la mitad enfrentando barreras laborales debido a la falta de opciones de transporte. La ONG T&E respalda esta iniciativa inspirada en un modelo francés exitoso y sugiere dedicar parte del Fondo Social para el Clima europeo a este fin. Adicionalmente, el desarrollo de cooperativas de vehículos eléctricos en varias regiones del país constituye otra alternativa para mejorar la movilidad sin necesidad de que los usuarios realicen una compra directa, una modalidad similar al carsharing urbano.
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