La reciente colaboración entre Santander y MatHolding, a través de su filial TerraNostra, promete revolucionar el panorama agrícola español mediante la modernización de explotaciones tradicionales hacia cultivos de alto valor como el olivar y el almendro. Con un enfoque en modelos intensivos y superintensivos, esta alianza se presenta como una oportunidad crucial para fortalecer la competitividad del sector agrario.
El acuerdo, firmado en Madrid, contó con la presencia de Javier Cortadellas, director de Clientes, Rentabilidad e Instituciones de Santander España, y Pau Relat, presidente de MatHolding. Este pacto contempla la provisión de líneas de financiación personalizadas para agricultores, ofreciendo soluciones que abarcan desde la transformación integral de fincas hasta su completa digitalización.
Santander, mediante sus 125 oficinas especializadas, ofrecerá asesoramiento técnico, mientras que MatHolding aportará su experiencia en el sector agro a través del ecosistema CERESTIA. TerraNostra, desde su creación en 2022, se ha destacado en la gestión de fincas con técnicas innovadoras, actualmente manejando 19 fincas en Extremadura, que suman más de 1.000 hectáreas.
La siguiente etapa para TerraNostra incluye su expansión hacia el norte de Extremadura y la zona del Ebro-Catalunya, enfocándose en la gestión de fincas medianas con un firme soporte a los propietarios a lo largo del proceso. La colaboración con Santander se vislumbra como un elemento clave para amplificar su alcance e impacto.
Con una inversión de 2.975 millones de euros prevista para la primera mitad de 2025, Santander afianza su compromiso con el sector agroalimentario español. Esta cifra representa un incremento del 20% respecto al mismo periodo del año anterior, destinándose una parte significativa a la conversión de fincas hacia cultivos de mayor valor. La alianza con TerraNostra también busca impulsar el desarrollo rural, atraer a jóvenes profesionales al sector y reducir la burocracia para agricultores y ganaderos.
Esta iniciativa conjunta no solo busca transformar el campo español en términos de productividad y competitividad, sino que también pretende redefinir el rol de la agricultura en el desarrollo económico del país.