El llamado «paquete de Invierno» introduce nuevas directivas energéticas que abogan por el empoderamiento del ciudadano mediante el concepto de «ciudadanía energética». Esta democratización de la energía busca fortalecer la relación entre el consumidor y el sector eléctrico a través de normas claras y un marco de retribución adecuado. El impulso del autoconsumo, tanto individual como colectivo, ha sido clave en la reducción de costos y ha promovido una mayor participación ciudadana. Sin embargo, la transformación requiere la implicación activa de las distribuidoras para crear un sistema energético participativo y democrático. La electrificación, crucial en la transición energética, enfrenta desafíos, entre ellos la necesidad de ajustar la demanda a la generación y fomentar el uso de energías renovables como el sol y el viento. Además, es esencial un desarrollo masivo del almacenamiento energético y un mercado flexible que permita la optimización del consumo. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Gobierno están evaluando cómo debe retribuirse a las distribuidoras eléctricas para garantizar el suministro, subrayando la importancia de un sistema eficiente y transparente para la economía y la lucha contra el cambio climático en España.
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