El análisis de los millones de obras que forman parte del patrimonio cultural y artístico es un trabajo monumental para el ser humano, pero no para los superordenadores. Sin embargo, antes de que las máquinas puedan abordar tal tarea, deben ser entrenadas adecuadamente. En este sentido, el proyecto europeo Saint George on a Bike, coordinado por el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) en colaboración con la Fundación Europeana, se ha puesto en marcha desde 2019 con el objetivo de emplear el supercomputador MareNostrum4 para entrenar modelos de inteligencia artificial (IA) que ayuden a interpretar mejor el patrimonio cultural europeo, además de difundir a la ciudadanía su riqueza, valor y la importancia de conservarlo.
Recientemente, los investigadores han lanzado una campaña en el portal de ciencia ciudadana Zooniverse para recoger anotaciones que mejorarán la capacidad de los modelos computacionales para interpretar 5.000 obras pictóricas europeas. La iniciativa es completamente abierta y cualquier persona puede participar en esta tarea de colaboración colectiva o crowdsourcing.
Con el uso de algoritmos de procesamiento del lenguaje natural y aprendizaje profundo, el proyecto busca generar descripciones automáticas de cientos de miles de imágenes provenientes de diversos repositorios del patrimonio cultural. Esta es la primera vez que la inteligencia artificial proporciona descripciones de imágenes del patrimonio cultural con la mayor cobertura de temas, objetos y relaciones iconográficas, teniendo en cuenta el contexto temporal de creación de las obras y las reglas de composición de épocas y escenas de la iconografía sagrada entre los siglos XII y XVIII.
«Este ambicioso proyecto interpreta por primera vez imágenes según su contexto, y busca así dotar a las máquinas de un cierto sentido común, que es una de las grandes barreras de la IA a día de hoy», afirma Joaquim Moré, investigador del BSC y experto en lingüística computacional del proyecto. Por ejemplo, cuando en un primer análisis el sistema identifica una moto en una pintura de San Jorge del siglo XV, se corrige para identificar el objeto más plausible para la época, que es un caballo. Este tipo de adaptaciones se extenderá al contexto cultural, de modo que en un contexto japonés, por ejemplo, un caballero europeo será identificado como un samurái.
Gracias a esta iniciativa, se podrán analizar mejor las pinturas, detectar imágenes o composiciones nunca antes vistas, descubrir relaciones entre sus elementos e interpretar su simbolismo, lo cual contribuirá al desarrollo de iniciativas culturales y de difusión, como exposiciones virtuales con pinturas relacionadas de todo el mundo.
Maria-Cristina Marinescu, investigadora del BSC y coordinadora de Saint George on a Bike, destaca que «nuestro proyecto permitirá un acceso rápido a información cultural que puede utilizarse no sólo para fines culturales y sociales, sino también en otros sectores como el educativo y el turístico y, posiblemente, también sea de ayuda para historiadores o antropólogos». Además, Marinescu subraya que la sociedad en general puede beneficiarse de mejores servicios públicos, como una mejor accesibilidad a páginas web para personas con discapacidad visual, narrativas que pueden exponer la injusticia social o la integración a través del patrimonio cultural colectivo para ayudar a crear una identidad europea más tolerante.
