En un esfuerzo por reducir el impacto ambiental de los plásticos, el nuevo impuesto sobre envases de plástico no reutilizables ha planteado una serie de obligaciones fiscales para las empresas españolas. La medida, que ya está en vigor, busca promover el uso de materiales más sostenibles y disminuir el volumen de residuos plásticos que llegan a los ecosistemas.
Este impuesto impone a las empresas la necesidad de cumplir con requisitos específicos, como el registro de sus actividades relacionadas con plásticos no reutilizables y el mantenimiento de libros contables detallados. Además, deberán completar el modelo 592 para reportar sus declaraciones y someterse al control de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) para garantizar el cumplimiento de las normativas.
AECIM, la Asociación de Empresas del Metal, ha señalado la importancia de que las empresas se mantengan informadas y cumplan con estas obligaciones para evitar sanciones. Esta normativa no solo afecta a grandes corporaciones, sino también a pequeñas y medianas empresas que utilizan envases de plástico en sus operaciones diarias.
Con esta regulación, el gobierno intenta fomentar un cambio hacia prácticas más sostenibles y responsables. Las empresas, por su parte, están llamadas a adaptarse a esta nueva realidad y a explorar alternativas que les permita reducir su huella ecológica. Mientras tanto, la AEAT seguirá de cerca la aplicación del impuesto para asegurar que se cumpla el objetivo ambiental planteado.