El espectáculo astronómico de las perseidas, conocidas como las «lágrimas de San Lorenzo», alcanzará su momento álgido durante la noche del 12 de agosto. Este fenómeno, considerado el mejor al norte del Ecuador, es resultado de la interacción de la Tierra con el rastro de partículas dejado por el cometa Swift-Tuttle, descubierto en 1862. A una velocidad de 60 kilómetros por segundo, estas partículas se desintegran al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, creando brillantes destellos en el cielo nocturno. Sin embargo, este año, la visibilidad podría verse afectada por la proximidad de la luna llena, que actúa como una fuente de contaminación lumínica natural.
Para disfrutar plenamente de este evento, los expertos sugieren buscar lugares lejos de la contaminación lumínica de las ciudades. Las cumbres de las islas de Tenerife y La Palma son recomendadas en Canarias, mientras que en la península, las zonas rurales y montañosas con horizontes despejados son ideales. No se recomienda el uso de telescopios o prismáticos, ya que el fenómeno se aprecia mejor a simple vista. La experiencia se enriquece con una tumbona o manta para observar cómodamente el cielo y percibir la magia de este fenómeno celestial en su máximo esplendor.
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