Una jornada de intensos enfrentamientos ha sacudido Siria este miércoles, donde los nuevos efectivos de seguridad se enfrentaron a seguidores de la rama chií alauí, vinculada al depuesto presidente Bashar al Asad. Estos altercados han resultado en “varios muertos” y llevaron a las autoridades a implementar un refuerzo de seguridad en Damasco y varias regiones del país, incluyendo Homs, Tartus y Latakia, donde también se ha decretado un toque de queda. En un intento de controlar la situación, el Gobierno interino advirtió que respondería de manera contundente a cualquier acto desestabilizador, mostrando imágenes de una significativa presencia militar en posiciones estratégicas de Damasco y Hama.
La tensión aumentó cuando un video sobre el incendio de un santuario religioso, relacionado con la comunidad alauí, se difundió ampliamente en redes sociales, provocando protestas en Alepo y choques en Tartus. Mientras el Ministerio del Interior trató de calmar los ánimos señalando que el video es antiguo, la violencia ya había cobrado vidas en varias regiones. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de al menos seis fallecidos en enfrentamientos en las afueras de Tartus, donde manifestantes atacaron patrullas de seguridad. Detenciones masivas y la respuesta militar contundente intentan frenar la violencia en medio de esta crítica etapa de transición política en Siria.
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