A partir de abril, los conductores de coches y motos que deseen cruzar desde Irún a Hendaya deberán portar un distintivo medioambiental válido en Francia, lo cual ha generado descontento entre los vecinos de la zona. La medida exige que el distintivo francés se sume al español, generando críticas por la falta de coordinación entre ambos países vecinos. Esta normativa responde a un criterio aplicado por Francia que se basa en zonas y no en municipios, afectando no solo a locales, sino también a los numerosos turistas que visitan las playas francesas desde Hendaya hasta Biarritz. El costo del trámite es de aproximadamente 5 euros y se realiza de manera online, una barrera más para quienes consideran que la medida tiene un ánimo recaudatorio.
El anuncio ha provocado irritación entre los habitantes de Irún, muchos de quienes cruzan el río Bidasoa a diario para realizar compras en Hendaya, y ahora deberán integrar este costo adicional en sus desplazamientos habituales. La obligatoriedad del distintivo se percibe como una carga más en un contexto donde la integración y coordinación entre países vecinos debería ser la norma, más aún en áreas fronterizas tan interconectadas. Con esta nueva regulación, Francia reafirma su compromiso con las políticas medioambientales, aunque dejando en el aire el debate sobre hasta qué punto estas regulaciones cruzan la línea entre la protección ambiental y la estrategia fiscal.
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