El plástico, omnipresente en nuestra vida diaria, ha sido señalado como un material de doble filo. Mientras ha impulsado avances en medicina y tecnología, su impacto en la salud humana se está volviendo innegablemente peligroso. Un estudio publicado por la revista The Lancet alerta sobre los riesgos significativos y, a menudo, subestimados, que representan estos polímeros en todas las etapas de la vida humana. La contaminación plástica, aunque generalizada, no es ineludible, y los científicos han lanzado un sistema de vigilancia para reducir la exposición a sus efectos dañinos. Sin embargo, el camino es complicado debido a la creciente producción, el bajo reciclaje y la persistencia de los plásticos en el ambiente.
El análisis destaca cómo las sustancias químicas en los plásticos, más de 16.000 conocidas, representan riesgos graves para la salud. Un metaanálisis encontró múltiples efectos adversos, especialmente en niños y mujeres embarazadas, desde trastornos reproductivos hasta enfermedades cardiovasculares. Los microplásticos, pequeñas partículas que alcanzan incluso el torrente sanguíneo, también son motivo de preocupación por su potencial para causar daño celular. La gestión inadecuada de residuos plásticos, especialmente el reciclaje y quema a cielo abierto, agrava estos problemas, afectando a los trabajadores expuestos. Ante la próxima ronda de negociaciones de la ONU sobre plásticos, los científicos piden medidas urgentes, incluyendo un límite global a la producción y regulaciones sobre las sustancias químicas peligrosas contenidas en ellos.
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