Madrid vivió ayer una jornada de tensión y conflicto durante una manifestación en apoyo a la vivienda pública y accesible, que degeneró en enfrentamientos con la policía. Miles de manifestantes llenaron las calles de la capital española, exigiendo soluciones urgentes al problema habitacional que afecta a amplios sectores de la población. Las protestas, convocadas por múltiples organizaciones sociales, comenzaron de manera pacífica, pero la situación se tornó violenta cuando un grupo de asistentes intentó entrar en la sede de la Consejería de Vivienda. La policía intervino para dispersar a los manifestantes, lo que resultó en fuertes choques y varias detenciones.
Las autoridades locales condenaron los actos de violencia y justificaron la actuación policial, argumentando que fue necesaria para mantener el orden público. Sin embargo, los organizadores de la manifestación criticaron duramente la respuesta de las fuerzas de seguridad, calificándola de desproporcionada y represiva. Según los portavoces de los movimientos sociales, la protesta tenía como objetivo llamar la atención sobre la urgente necesidad de políticas que garanticen el acceso a una vivienda digna, una demanda que, aseguran, no ha sido atendida de manera adecuada por las administraciones locales y nacionales. El incidente ha reavivado el debate sobre la crisis de vivienda en España y la gestión de las manifestaciones por parte del gobierno.
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