A partir del 12 de octubre, los fumadores en España deberán hacer frente a un aumento en el precio del tabaco, que ha sido publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), guiado por el artículo 4 de la Ley de Ordenación del Mercado de Tabacos y Normativa Tributaria. Este incremento, propuesto por los fabricantes e importadores, afecta a diversas marcas de cigarrillos, cigarros y picaduras de pipa, con precios detallados como los 9,95 euros por una cajetilla de Flores El Vinyet BF52 Belicoso Fino o los 70 euros por un envase de 10 de La Regenta Half Corona. La tributación sobre el tabaco, bajo la supervisión del Ministerio de Hacienda, busca disuadir el consumo excesivo, respaldando las políticas de salud pública que pretenden reducir gradualmente la adicción al tabaco.
Aunque el aumento de precios forma parte de una estrategia más amplia para disminuir el consumo de tabaco, su efectividad es cuestionable frente a la fuerte dependencia que experimentan muchos fumadores. El ajuste, aunque gradual y percibido como uno de los muchos incrementos que se han dado en casi todos los países de Europa, impacta significativamente en el presupuesto de los consumidores habituales. La medida pretende establecer un antes y un después, pero deja claro que dejar de fumar no es una tarea sencilla. A medida que los precios suben, queda en manos de cada fumador decidir si el coste creciente será un factor suficiente para replantear su hábito.
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