El verano de 2024 ha sido un periodo de revitalización para el mercado laboral estacional en España, mostrando una notable actividad en sectores clave como el turismo, la hostelería y la agricultura, que han impulsado un aumento en la contratación de empleo temporal. De acuerdo con datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), en julio de 2024 se registró una disminución del número de personas desempleadas en 10.830, situando la cifra total en 2.550.237 desempleados. Este descenso, que equivale a una reducción del 0,42% respecto al mes anterior y un descenso interanual del 4,77%, pone de relieve el impacto positivo de la estacionalidad en el mercado laboral durante la temporada vacacional, una época en la que la hostelería y el turismo absorben una cantidad significativa de mano de obra.
El sector servicios, en particular, se ha visto especialmente beneficiado por este aumento estacional en el empleo, con una reducción del paro de 6.591 personas en julio. La alta demanda de actividades turísticas y de hostelería, que se intensifica notablemente durante los meses de verano, ha sido crucial en este desarrollo. Las comunidades de Andalucía, Cataluña, Baleares, Canarias y Madrid, conocidas por su atractivo turístico, han sido las más beneficiadas por esta tendencia.
En términos de perfiles laborales, el verano de 2024 se destacó por una demanda especialmente alta de desarrolladores de software, especialistas en marketing digital y técnicos en energías renovables. Estos campos, que están experimentando un crecimiento constante, no solo ofrecen oportunidades estacionales, sino también perspectivas de empleo a largo plazo, demostrando la influencia de la digitalización y la transición hacia una economía sostenible.
Además, el empleo juvenil ha experimentado una notable recuperación. Durante el segundo trimestre de 2024, la tasa de desempleo juvenil descendió al 30%, representando una disminución del 2% en comparación con el mismo período del año anterior. Este avance en las oportunidades laborales para los jóvenes, impulsado en gran medida por la demanda en los sectores tecnológico y de servicios, es un indicio alentador de un mercado laboral que sigue recuperándose y adaptándose a las nuevas exigencias económicas.