Una reciente investigación de la Universidad de São Paulo, publicada en la revista médica «Neurology», ha identificado una preocupante relación entre el consumo excesivo de alcohol y la salud cerebral en personas de edad avanzada. Los resultados sugieren que aquellos bebedores empedernidos, quienes consumen ocho o más bebidas alcohólicas por semana, tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar lesiones cerebrales vasculares, como la arteriolosclerosis hialina. Esta afección, que consiste en el endurecimiento y estrechamiento de los vasos sanguíneos pequeños, dificulta el flujo sanguíneo y puede provocar daños en el cerebro manifestándose en problemas de memoria y razonamiento. Los grandes bebedores en el estudio murieron, en promedio, 13 años antes que aquellos que nunca consumieron alcohol, evidenciando una asociación crítica entre el consumo de alcohol y la salud neurológica a largo plazo.
El estudio, que incluyó a 1,781 participantes con una edad promedio de 75 años al momento de fallecer, dividió a los individuos según su consumo de alcohol: los que nunca bebieron, bebedores moderados, bebedores empedernidos y exbebedores empedernidos. Los análisis post mortem revelaron que los grandes bebedores presentaron un 133% más de probabilidad de sufrir lesiones cerebrales vasculares en comparación con los abstemios, además de un riesgo elevado de desarrollar ovillos de tau, una proteína relacionada con el Alzhéimer. Aunque el estudio no pudo concluir de manera definitiva sobre la duración del consumo de alcohol y sus efectos cognitivos antes del fallecimiento, sí subrayó la urgencia de concienciar sobre los riesgos del consumo excesivo de alcohol como un problema de salud pública mundial.
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