La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) ha causado una devastación sin precedentes en la Comunidad Valenciana y otras zonas de España, provocando la muerte de más de 200 personas y dejando un rastro de destrucción. Un análisis del grupo World Weather Attribution, compuesto por destacados científicos, subraya que el cambio climático ha jugado un papel crucial en la intensidad de este fenómeno extremo. Las precipitaciones durante la DANA fueron un 12% más intensas y el doble de probables en comparación con las condiciones climáticas del período preindustrial. La temperatura del mar Mediterráneo, más alta de lo habitual, ha contribuido significativamente al aumento de la humedad, alimentando tormentas más severas. Este evento horrífico ocurrió cuando la estación meteorológica de Chiva registró una precipitación de 491 litros por metro cuadrado en tan solo ocho horas, equivalente a la lluvia de todo un año.
La Organización Meteorológica Mundial y otros expertos han señalado que el cambio climático, al calentar la atmósfera, permite que esta retenga más humedad, lo que se traduce en episodios de lluvias extremas. La DANA no solo ha causado un impacto devastador en España sino que representa una realidad cada vez más frecuente a nivel global, donde las inundaciones, exacerbadas por el calentamiento global y el mal manejo del territorio, son más comunes. Este tipo de fenómeno está previsto que se intensifique en el futuro a medida que continúe el aumento global de las temperaturas. En el marco de la COP29, se espera que la Organización Meteorológica Mundial presente un informe detallado sobre los eventos climáticos extremos de 2024, subrayando la urgente necesidad de tomar medidas contundentes para mitigar los efectos adversos del cambio climático y proteger así a las comunidades más vulnerables.
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