La gestión de Francisco Martín, delegado en Sol, ha sido duramente criticada por su demora en afrontar una crisis que sacudió la ciudad. Vecinos y autoridades han señalado la falta de respuestas rápidas como un grave error, especialmente porque pasaron doce horas antes de que Martín se pronunciara públicamente sobre la situación. Durante ese tiempo, la incertidumbre y la preocupación crecieron entre los ciudadanos, quienes esperaban un liderazgo firme y claro en momentos de dificultad. Las críticas no se han hecho esperar, y voces dentro y fuera del ayuntamiento exigen explicaciones y una reevaluación de los protocolos de respuesta ante emergencias.
En Sol, la frustración ciudadana ha sido palpable, reflejando el descontento generalizado por una gestión que se califica de ineficaz y lenta. Los habitantes del barrio sienten que sus preocupaciones no fueron atendidas con la urgencia necesaria, un hecho que para muchos es incomprensible en una administración que se precia de estar preparada para situaciones de crisis. La falta de comunicación inmediata por parte del delegado ha hecho que se cuestione su capacidad para liderar y ha dejado ver vulnerabilidades en el sistema de gestión local, lo que podría propiciar cambios en el futuro cercano para evitar que algo similar vuelva a ocurrir.
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