El impacto del aire contaminado en la salud pública es cada vez más evidente, según un reciente estudio realizado por la Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón. Analizando datos de más de 115,000 pacientes hospitalizados entre 2016 y 2021, se detectó que los niveles altos de partículas PM₂,₅ incrementan significativamente el riesgo de infartos de miocardio y la mortalidad por enfermedades cardíacas. Este contaminante, originado principalmente por la combustión de vehículos e industrias, es capaz de penetrar hasta el torrente sanguíneo y desencadenar procesos inflamatorios y disfunciones vasculares. Los expertos resaltan que la contaminación afecta especialmente a individuos vulnerables, sugiriendo precauciones en días de alta polución.
El problema no solo se limita a Europa. Un informe del Instituto de Salud Carlos III estima que en España, la contaminación del aire está asociada con 62,000 ingresos hospitalarios urgentes anuales, con significativos costos económicos. Además del aumento de infecciones respiratorias y trastornos mentales durante episodios de alta contaminación, se destaca que todas estas evidencias apuntan a la necesidad de estrategias de mitigación más robustas. Los especialistas urgieron a las autoridades a implementar políticas de salud pública que reduzcan los contaminantes atmosféricos y protejan a las poblaciones más vulnerables de sus efectos adversos.
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