Bruselas y Washington están inmersos en un nuevo capítulo de tensiones comerciales, esta vez centrado en el ámbito de los servicios digitales. La Unión Europea podría estar considerando represalias ante los aranceles del 20 % que la Administración Trump ha impuesto sobre productos europeos como el acero y el aluminio. Este movimiento europeo podría sacudir los cimientos de gigantes tecnológicos como Google, Apple, Microsoft, Meta y Amazon.
La portavoz del gobierno francés, Sophie Primas, ha sido contundente en una reciente declaración al afirmar que la respuesta europea abarcará no solo productos físicos, sino también servicios digitales. Esta posibilidad, divulgada por el medio especializado The Register, marca un cambio drástico en la política arancelaria tradicional y podría abrir un nuevo frente en el comercio internacional.
Por ahora, no se han delineado acciones específicas, pero la advertencia llega antes de una reunión extraordinaria de los ministros de Comercio de la UE, lo que sugiere que el bloque comunitario podría estar buscando adoptar una posición común antes de que termine el mes.
Desde un ángulo económico, las tecnológicas estadounidenses desempeñan un rol crucial en la provisión de servicios digitales a empresas, gobiernos y ciudadanos en Europa. Plataformas como AWS, Azure o Google Cloud son pilares de la infraestructura digital europea. Aplicar aranceles podría encarecer el acceso a estas herramientas, impactando negativamente a miles de pymes en Europa que dependen de ellas. Por ende, cualquier arancel contra los servicios digitales estadounidenses podría tener un efecto bumerán en la economía del continente.
Este conflicto también tiene precedentes en la política arancelaria estadounidense, que ha alcanzado a productos tecnológicos fabricados en Asia, afectando incluso a empresas como Apple que ensamblan dispositivos en China, Vietnam o Malasia. Este cambio ya ha tenido repercusiones económicas, con pérdidas significativas en la capitalización de mercado de Apple y Microsoft.
Tradicionalmente, los aranceles se han enfocado en bienes físicos, pero en la economía del siglo XXI, digital en su esencia, servicios como el software en la nube o las plataformas de publicidad digital podrían convertirse en blanco de medidas arancelarias, llevando la guerra comercial a un nuevo nivel.
En conclusión, la Unión Europea está considerarando seriamente medidas que impacten al dinámico ecosistema digital dominado por firmas estadounidenses. Aunque falta confirmación oficial, de materializarse, representaría un hito decisivo en las relaciones comerciales transatlánticas. La gran pregunta es si Europa está dispuesta a soportar las repercusiones que estas acciones podrían tener en su propia economía digital, ya que, en estas pugnas, los costos suelen recaer en empresas y ciudadanos.