Los ministerios de Trabajo y Economía de España se encuentran en un punto de tensión notable debido a las diferencias sobre el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para el año 2025, en medio de un contexto marcado por los debates sobre la reducción de la jornada laboral. La ministra de Trabajo está impulsando una subida significativa del SMI, con el objetivo de mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y fomentar una distribución más equitativa de la riqueza. Por otro lado, desde el Ministerio de Economía, se plantea una postura más cautelosa, advirtiendo que un aumento excesivo podría afectar negativamente a la competitividad empresarial y al empleo, especialmente en un momento en que la economía global enfrenta incertidumbres y desafíos.
En paralelo, el Gobierno está lidiando con las demandas de los sindicatos que presionan por una reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales sin reducción salarial, una medida apoyada por el Ministerio de Trabajo, que argumenta que podría mejorar la productividad y el bienestar de los trabajadores. Sin embargo, el Ministerio de Economía ha manifestado preocupaciones sobre cómo tal cambio podría impactar en los costos para las empresas y en la estructura del mercado laboral. Este enfrentamiento refleja una pugna más amplia dentro del Gobierno sobre cómo equilibrar la protección social con la sostenibilidad económica y se presenta como un desafío importante para el Ejecutivo en los próximos meses, ya que busca mantener el apoyo político mientras responde a las expectativas económicas y sociales del país.
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