En 2024, el salario ha experimentado un incremento inferior en comparación con el resto de los componentes del coste laboral, según los datos económicos más recientes. Este fenómeno está siendo observado por analistas y economistas que advierten sobre las implicaciones que podría tener en el poder adquisitivo de los trabajadores. A pesar de que otros costes asociados al ámbito laboral, como las contribuciones a la seguridad social y las prestaciones, han mostrado un aumento más acelerado, los sueldos no han seguido esa misma tendencia, lo que podría influir en el consumo y en la capacidad de ahorro de los empleados.
Esta realidad económica se produce en un contexto de inflación moderada y recuperación económica post-pandemia, donde las empresas parecen estar priorizando otros gastos sobre los incrementos salariales. Los expertos sugieren que, para asegurar un crecimiento económico sostenido, se debería considerar un reajuste que equilibre los aumentos salariales con otros costes laborales. Si bien algunos sectores han comenzado a reestructurar sus estrategias de remuneración, el panorama general aún refleja un desafío significativo para lograr que los incrementos salariales vayan a la par de otros costos operativos.
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