Donald Trump ha generado un impacto significativo en la industria automotriz mundial con la imposición de aranceles, afectando considerablemente a importantes fabricantes como Volkswagen y Stellantis. Estas compañías reportaron pérdidas de 1.300 y 1.500 millones de euros respectivamente, mientras que Toyota ha estimado un impacto negativo de 8.139,6 millones de euros para su ejercicio fiscal japonés. En el primer trimestre fiscal, Toyota experimentó un golpe de 2.616 millones de euros debido a estos aranceles. A pesar de este entorno desafiante, la compañía asegura que ha implementado estrategias para minimizar los impactos negativos, como aumentar ventas y reducir costos, además de colaborar con proveedores y distribuidores para mejorar la productividad.
A pesar de ser el fabricante más afectado por los aranceles de Trump, Toyota ha logrado mantener una sólida posición en el mercado, reportando unas ganancias de 4.891,3 millones de euros, un 36,9% menos que el año anterior, y un beneficio operativo de 6.779 millones de euros, disminuyendo un 10,9%. La facturación total se incrementó un 3,5%, alcanzando los 12,25 billones de yenes, impulsada por un aumento del 7,06% en las ventas globales, especialmente en EE. UU., donde las entregas crecieron un 12,7%. Toyota prevé entregar 9,8 millones de vehículos en 2025, manteniendo a EE. UU. como su principal mercado, reafirmando su liderazgo a pesar de los retos económicos y la competencia en transición hacia vehículos eléctricos.
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