El movimiento feminista mostró su diversidad en múltiples capitales, con Madrid como escenario de dos convocatorias distintas que reflejan la pluralidad de voces dentro del colectivo. La jornada estuvo marcada por reivindicaciones en torno a la figura de la feminista francesa Gisèle Pelicot, cuyo lema «la vergüenza debe cambiar de bando» resonó entre las manifestantes. Este mensaje, que llama a trasladar la culpa y la vergüenza de las víctimas hacia los agresores, fue central en las expresiones de protesta, subrayando una demanda persistente por justicia y transformación social.
Las manifestaciones en la capital española destacaron la fragmentación, pero también la fuerza del movimiento, que, pese a las diferencias, converge en objetivos comunes como la igualdad de género y la lucha contra la violencia machista. Las distintas marchas señalaron la voluntad de seguir adelante con las demandas históricas, buscando catalizar cambios concretos en políticas y percepciones sociales. El eco del mensaje de Pelicot reflejó un sentido compartido de urgencia y determinación, unificando el clamor en un país donde el feminismo sigue siendo una fuerza influyente en el ámbito público.
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