El huracán Milton ha desatado su furia en Florida, tocando tierra alrededor de las 20:00 horas locales y azotando al estado con vientos sostenidos de 150 km/h que inicialmente alcanzaron categoría 2. Aunque ha descendido a categoría 1, la situación de emergencia persiste. Las autoridades reportan «múltiples muertos», varios de los cuales ocurrieron antes de que el huracán llegara, como consecuencia de 116 tornados que anticiparon su entrada. La localidad de St. Lucie ha sido escenario de una tragedia mayúscula, con una residencia de ancianos devastada por el embate del huracán. Más de dos millones de viviendas se encuentran sin electricidad, hundiendo a gran parte del estado en la oscuridad y la incertidumbre.
En San Petersburgo, el huracán ha causado estragos significativos, dañando el techo del estadio Tropicana Field, hogar de los Tampa Bay Rays, sin dejar víctimas humanas. La ciudad también enfrenta una severa crisis hídrica tras la ruptura de una principal tubería de agua potable, agravada por una tormenta sin precedentes que ha descargado 23,8 centímetros de lluvia en pocas horas, clasificándola como un fenómeno que sucede una vez cada mil años. En otras ciudades, como Tampa, se han registrado precipitaciones de 300 litros por metro cuadrado en apenas seis horas, según indicó el meteorólogo Albert Martínez a Antena 3. Mientras Florida lucha por recuperarse, el impacto de Milton sigue sumando desafíos a las comunidades afectadas.
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