Un potente terremoto de magnitud 8,8 sacudió el miércoles la región de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, dejando tras de sí un panorama de caos y destrucción en áreas montañosas y costeras. Aunque las autoridades locales han reportado varios heridos, no se han registrado víctimas fatales. El seísmo, que provocó el derrumbe de grandes masas de roca y formó densas nubes de polvo, se localizó a 144 kilómetros al este de la península, a una profundidad de 20 kilómetros en una zona con alta actividad sísmica.
Este evento sísmico ha dejado daños significativos en infraestructuras y ha generado más de una decena de réplicas, algunas con magnitudes superiores a 6. Inicialmente se activaron alertas de tsunami en Rusia y en las costeras del Pacífico, pero muchas fueron canceladas al no registrarse grandes maremotos. Este terremoto se considera el más fuerte registrado en el mundo desde el de 2011 y expertos advierten que fenómenos de esta magnitud son comunes en la región cada 75 o 100 años.
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